Como las mejores cosas de la vida, la historia de “Inmigrante” comenzó con una pizza. Mateo Nieto y Joaquín López, trajeron a Posadas la “pizza porteña” y siguieron apostando a la “pizza napoletana”. Comenzaron en un pequeño local en calle Belgrano y en el mes de los inmigrantes inauguraron su nuevo local en una casona de 1934 para albergar todas sus recetas de valijas viajeras. En esta nota los propietarios de “Inmigrante” rememoran su recorrido.
El corazón de Inmigrante:
Todas las citas que se coloquen en este artículo, son palabras de Mateo y Joaquín fusionadas por ellos mismos para lograr la respuesta justa (como hacen en la cocina). Sobre los orígenes de lo que supo ser “Pizza Inmigrante” (el comienzo de todo), dijeron a este medio: “En Buenos Aires, hace veinte años, dos amigos del secundario compartimos una visión emprendedora en el sector gastronómico. Nuestra pasión por la pizza nos llevó a buscar el origen del sabor auténtico, fusionando la tradición italiana de Nápoles con el estilo porteño influenciado por los inmigrantes en Argentina. Así nació Pizza Inmigrante, un proyecto que combinó historia, cultura y sabor“.
Y añadieron: “En Inmigrante, revolucionamos la experiencia gastronómica con un enfoque innovador. Nuestra casa de 1934, restaurada con amor, ofrece un patio donde disfrutar de pizzas y platos inmigrantes de alta calidad. Nuestro objetivo es brindar una experiencia integral, no solo gastronómica sino también emocional, que conecte a nuestros clientes con la esencia de la inmigración”. El nuevo local de Mateo y Joaquín está por calle San Lorenzo 2368 y sus horarios son de de 8hs a 14.30hs y de 16.30hs a 01hs.
Puertas y sabores
Los italianos están íntimamente vinculados con las “casas chorizo” que al día de hoy sobreviven en nuestro país. Con la inmigración de fines del 1800 y comienzos del 1900, este tipo de construcciones que se ordenan bajo el paraguas de “arquitectura italianizante” se multiplicaron y modificaron. En una nota del diario “La Mañana“, se indica: “El origen estuvo en lo que se conocía como ‘casa romana’ con un patio central. Los terrenos eran más anchos y las construcciones eran de las familias más acomodadas económicamente. Sin embargo, al transpolar a nuestras ciudades, los constructores se encontraron con terrenos que tenían no más de 10 mts. de frente. Fue ahí que tuvieron que cortar por la mitad la casa central y se transformó en la ‘casa chorizo’. El nombre viene de la sucesión de habitaciones, como una tira de chorizos”.
Es por eso que Mateo y Joaquín prometen que: “Al entrar en nuestra casa, los visitantes se sumergirán en una atmósfera única, un viaje a través del tiempo. Fotos y objetos que relatan historias, un ambiente familiar y acogedor. Nuestro espacio es un refugio para los sentidos, donde la arquitectura y el diseño se unen para crear una experiencia inolvidable“.
En la oferta gastronómica de Inmigrante, podemos encontrar una variedad de opciones italianas auténticas, que es lo que a los lectores de este medio más les interesa. Desde focaccia hasta pizzas estilo italiano clásico. Hasta un desayuno con café que incluye pizza! (La fantasía de los trasnochados). Pero también platos de otros países, goulash con spätzle, anticuchos con rösti y ensalada Waldorf, mbejshwarma, polpettine con ensalada griega, etc. Para finalizar, el dúo Inmigrante dijo: “El corazón de Inmigrantes late con nuestra pasión por la gastronomía y la atención al cliente. Nuestro equipo, sólido y comprometido, trabaja diariamente para mejorar y brindar la mejor experiencia. La unión de nuestra visión y el trabajo en equipo es lo que nos hace destacar”.