Emilce Vuyovich es la autora del libro que recoge la historia de la Colectividad Mafaldesa y Molisana de Mar del Plata. Profesora de historia y autora de libros infantiles, en esta entrevista Emilce cuenta cómo fue acercarse a la colectividad italiana y descubrir un mundo nuevo en el cual se sintió incluida desde el primer momento. Un trabajo apasionante, diferente, enriquecedor y, sobre todo, un trabajo de amor y orgullo. Los invitamos a conocer a Emilce Vuyovich y a emocionarse con esta historia única.
“Un desafío que agradezco enormemente”
Cumplir un nuevo aniversario es siempre un buen motivo para celebrar, festejar y agradecer. Sin embargo, suelen atraernos más las fechas “redondas”, aquellas que marcan, de alguna manera, un hito. Es por eso que, cuando en abril del año pasado, la Colectividad Mafaldesa y Molisana de Mar del Plata cumplió su 50º aniversario, se decidió hacer algo grande. Así nació el germen que derivaría en el desarrollo y posterior publicación de una obra magistral que registra la historia de la institución, contada por sus propios protagonistas a través de un trabajo magistral hecho por la profesora Emilce Vuyovich, en colaboración con un enorme grupo de personas que aportaron, cada uno desde su rol, para que esta obra viera la luz. Pero, empecemos por el principio, ¿quién es Emilce Vuyovich?
“Soy profesora de historia, especialista en educación universitaria y en contextos de encierro. Trabajo en ámbitos de contextos de encierro y en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata donde también soy subsecretaria de formación continua. Además, doy clases en escuelas para adultos, tengo cuatro nietos y escribo libros de cuetnos infantiles, relatos cortos y poemas”, cuenta Emilce y de esta manera abrimos la charla para que nos cuente cómo llegó a la Colectividad Mafaldesa y Molisana que la recibió con los brazos abiertos y un amor inconmensurable para ponerse al frente de, en sus propias palabras, “un desafío que agradezco enormemente”.
¿Cuál es tu vínculo con la colectividad italiana y, en particular, con la Colectividad Mafaldesa y Molisana?
“Este es un vínculo que realmente me sorprende y que se inició a través de un colega de la universidad y de escuela, amigo de toda la vida, Marcelo Rannelucci, con el que compartimos muchas horas docentes y fuera del ámbito escolar, de charlas sobre diferentes temas. Y fue en una de esas charlas, donde solemos compartir ideas y esperanzas, que me comentó que la Colectividad Mafaldesa y Molisana de Mar del Plata estaba pensando en hacer un libro sobre sus 50 años, para dejar su historia asentada en un documento para la posteridad y para los suyos en este tiempo. Acto seguido, me propuso como una de las posibles escritoras para llevar a cabo dicho trabajo”.
“Me sentí muy agradecida, sorprendida y orgullosa por la propuesta, la cual acepté. A los pocos días, fuimos a una charla de la colectividad. Allí me encontré con algunas personas que forman parte de la comisión directiva, entre ellas la presidenta de la institución, Marilena Mastragostino. En ese encuentro me plantearon qué era lo que buscaban, lo que les interesaba y empezamos a tener una serie de encuentros para ir planteando las bases de lo que sería el trabajo de investigación y desarrollo del libro. Quiero destacar que este fue un trabajo colaborativo desde el primer momento. Yo cierro, unifico y pongo en valor algunas cuestiones pero que fueron colaborativas y charladas. No fue un trabajo individual”.
¿Cómo fueron esos primeros encuentros y trabajo inicial?
“En una de esas reuniones, me encontré con una biblioteca, digna de ser mencionada, con un archivo destacable y textos, bibliografías previas, cuadernillos hechos por la profesora de historia Felisa Pomilio. Felisa es una destacada profesora de la ciudad de Mar del Plata, ahora jubilada, que además tiene un vínculo muy fuerte con la Colectividad Mafaldesa y Molisana ya que sus padres fueron parte del grupo de fundadores de la institución. Ella hizo un trabajo muy importante previo que tomamos como referencia. Además, trabajamos la oralidad a través del relato de personas únicas que forman parte de la colectividad y que fueron (y son) fundamentales en esta historia; no solo ellos, también sus familias. Y cada uno tiene una historia que podría haber sido volcada en un libro distinto. Sus aventuras, relatos, búsquedas, tristezas y añoranzas, de alguna manera, es una colaboración incuestionable a la historia misma de Mar del Plata.
Algunos de los participantes fueron Nicola Izzi, Fermín Mastrangelo, Antonio Di Iulio, Anna Lammenda, María Crosetta, Angel Palena y Nicolás Valentino. También hubo familiares de algunos miembros ya fallecidos que dejaron un testimonio muy valioso”.
¿Y cómo fueron esas charlas?
Fue algo maravilloso. Dejaron testimonios muy valioso para la posteridad, sobre aquello que somos, y que fuimos. Un relato único del pasado, presente y futuro. Además, contamos con relatos de todos los niveles sociales, económicos, ideológicos, en un tamiz completamente nuevo y enriquecedor porque yo no los conocía. De hecho, en algún momento les pregunté si, por el apellido que tengo, si estaba bien que estuviera en este lugar, y la verdad que me abrazaron con una calidez, me contuvieron con un amor y me dieron una expectativa que me elevó completamente. Me sentí muy incluida, acompañada y aceptada. Hay momentos en donde nos excluimos pensando lo que no corresponde cuando en realidad es todo lo contrario. Logramos una fluidez y una amistad increíble. Estoy muy orgullosa de lo realizado, sobre todo de la calidad humana con la que me encontré y me encuentro cada vez que participo de algún evento. Son un grupo hermoso. La colectividad en sí está llena de actividades (deporte, música, cultura, pintura, caminatas) y día a día crean formatos nuevos para atraer a sus integrantes. Además, siempre se suma parte de la sociedad marplatense que no son molisanos ni mafaldeses, lo cual enriquece aún más su labor”.
¿Qué hecho destacás del trabajo realizado para el desarrollo del libro?
“En primer lugar, el sentimiento de solidaridad y unión que hay en la colectividad. La calidez. Me sorprendió mucho cómo me aceptaron. Marilena me abrió la puerta como a una más y lo mismo con cada uno de los integrantes de la sociedad con los que charlé buscando el relato, el extrañamiento que produce migrar. Para nosotros, los nativos o nacidos y criados en Argentina, es muy difícil poder ponernos en el lugar de aquellos que dejaron todo (amigos, parejas, casa, el pueblo, lo que uno aprendió a amar) y se encontraron en una ciudad como esta, tan fría, tan amplia y diferente, y con tantos grupos migratorios que intervinieron en esta diferencia. Y así y todo, ellos lograron mantener esa calidez y esa unión. Eso es algo que puedo destacar fuertemente y que se nota en cada uno de los relatos”.
“Con algunos de los entrevistados, hicimos entre 4 y 5 sesiones semanales que duraban toda una mañana, porque no había nada para dejar afuera. Este trabajo lo hice con dos amigos que también son profesores y en esas grabaciones tenés historias entrañables. Familiares que iban y venían, hermanos que llegaban, amigos. Había gente que recordaba con lujo de detalles el momento en el que subieron al barco. Recorrimos todo. La cultura de sus pueblos, la Iglesia, etc. Por supuesto para este trabajo tuvimos que acortar muchas de esas historias, pero como te dije, podríamos haber hecho un libro de cada uno”.
¿Hubo alguna historia que te impactó más?
“Hubo dos. Una persona que trabajó como zapatero y que además sostuvo a su familia con ese oficio que lo llevaba adelante con mucha pasión. Me dio un orgullo escucharlo decir ‘soy zapatero remendón’. Me emocionó pero no porque considere que este tipo de trabajo tiene menos o más valor que otro, sino por el amor con el que expresaba lo que hacía.
Después, hubo otra persona que, si bien es un hombre exitoso en términos económicos, me impactó por el amor que profesaba por su madre. La manera en que mostró ese afecto por su mamá y por su hermana, me conmovió enormemente. La manera en que contó su llegada al país, a través de la invitación de un tío, su llegada, etc. Hermoso.
También me quedé con el relato de aquellos que nunca más volvieron a su lugar de origen, a ver a los suyos; es una fracción del corazón que se parte porque no todos tuvieron esa oportunidad y ahí la vida golpea fuerte y se te olvida todo lo pedagógico podríamos decir”.
Si tuvieras que definir en pocas palabras el trabajo realizado, ¿cuáles elegirías?
“Primero y principal, la definición sería ‘conocimiento’.Eso es lo que yo más rescato en torno al trabajo del libro. Segundo, ‘grupalidad’, porque uno pone en práctica a grupalidad en los trabajos académicos, en las escuelas, en el club de fútbol pero en una colectividad y en un trabajo de estas características, ver cómo todos participan arduamente y con tantas ganas, solo lo vi acá. y, por último, ‘aprendizaje’, porque realmente, más allá de tener muchos amigos italianos o de descendencia italiana, no conocía en profundidad casi nada de su cultura. No me marcaba ninguna definición más allá de los procesos históricos que una conoce por su profesión. Y la verdad que me enamoré, por eso mi esposo, con el que estoy casada hace 48 años, me dijo ‘bueno vos tenés un italiano en la familia’, porque su mamá es de apellido Sanfilippo. Así que todos conocimos mucho, no solo de los mafaldeses y molisanos, sino de Italia en general, y fue algo muy gratificante”.
La presentación del libro
El libro por el 50º aniversario de la Colectividad Mafaldesa y Molisana de Mar del Plata se presentará este sábado 24 de agosto, a las 17.30 h, en la asociación (San Lorenzo 5055). La entrada es libre y gratuita y no solo estará Emilce, sino también los protagonistas de esta historia. Además, actuará el Coro Ripalta, dirigido por la profesora Andrea Palena.