El 13 de abril se cumple un nuevo aniversario del nacimiento del barrio de Villa Devoto. Exactamente, son 135 años. Conocido como “el jardín de la ciudad”, el barrio recibe su nombre en homenaje al italiano Antonio Devoto, primer dueño de estas tierras. Sus calles características, sus manzanas no rectangulares, la Plaza Arenales en el centro y la Basílica San Antonio hacen de Villa Devoto un lugar único. Dichas singulares características asimilan al barrio porteño con la ciudad planificada de La Plata. Los invitamos a recorrer juntos el barrio y a revivir su historia.
Érase una vez: los inicios de Villa Devoto
El barrio que hoy conocemos no fue siempre del mismo modo ni perteneció, durante toda su existencia, a la Ciudad de Buenos Aires. Las tierras fueron repartidas mucho antes de que Argentina existiera como nación. Allá por el año 1615, el entonces gobernador del Río de La Plata don Hernando Arias de Saavedra le concedió varios cientos de hectáreas a don Cristóbal de Luque y Cobos. Alrededor de 1700, los jesuitas se instalaron en las cercanías a la intersección de las actuales Helguera y Navarro, pero medio siglo después fueron expulsados. A partir de 1865, la zona comenzó a tomar forma. Desde ese momento, las tierras fueron incorporadas al vecino barrio de San Martín y así comenzaron a pertenecer a la provincia.
Un italiano en Buenos Aires
Sin embargo, dos décadas después y como resultado de la federalización de la Ciudad de Buenos Aires, las tierras que hoy ocupan el barrio pasaron a ser parte de la capital. En noviembre de 1888, se inauguró la estación de ferrocarril. Es un dato no menor, ya que permitió el crecimiento de la zona. En febrero de 1889, el Banco Inmobiliario formalizó la adquisición de aquellas tierras que habían sido abandonadas por la familia Altube. Su presidente y miembro fundador era un tal Don Antonio Devoto.

¿Pero quién era? Había nacido en Chiavari, un comune italiano de la ciudad de Genova (Liguria). En 1850, con sus jóvenes 17 años, llegó a nuestro país junto a sus hermanos Bartolomé, Tomás y Cayetano. Un año antes de la adquisición por parte de Antonio de los terrenos cuyo nacimiento hoy recordamos, los hermanos Devoto habían solicitado al gobierno la construcción de un mercado de abasto en sus terrenos de Balvanera. No es necesario averiguar si lo lograron. Hoy el Shopping del Abasto es fiel evidencia de este pedido.
El nacimiento de un barrio
A principios de abril de 1889, se presentó un proyecto en la Municipalidad que requería la formación de un nuevo pueblo. Los planos estaban a cargo de los ingenieros Buschiazzo y Poggi. Apellidos italianos si los hay, y de origen también. En estos bocetos, se señalaba que “a las calles se les daban nombres de ciudades: americanas cuando corrían de norte a sur y europeas de oeste a este”, tal como lo explica la Junta de Estudios Históricos de Villa Devoto. De esta forma, un 13 de abril hace -exactamente- 135 años atrás, se aprobó la propuesta. Esto dio comienzo al desarrollo propio del terreno: la venta de lotes, el trazado de calles y el sembrado de árboles. Años más tarde, en 1896, mientras aún vivía Antonio Devoto, se definió finalmente el nombre del barrio.
Un diseño bien planificado
Villa Devoto parece una pequeña ciudad de La Plata, en medio de la Ciudad de Buenos Aires. Una ciudad dentro de otra ciudad, el espejo en escala. Casi como si se tratara de un cuento borgeano. La plaza central es totalmente cuadrada. Desde el centro, salen las arterias principales, las calles en diagonal. Frente al centro barrial, se encuentran la escuela, el Hospital Zubizarreta que fue la primera sala de auxilios, y la Biblioteca (que lleva el nombre del barrio y de su ideador). Los tres edificios fueron diseñados y construidos por otro italiano, el arquitecto piamontés Giovanni Antonio Buschiazzo, autor de otras grandes obras en el resto del país.
Realicemos un recorrido imaginario
Para ver las huellas de Antonio Devoto no hace falta conocer su biografía. La evidencia de su vida se encuentra, simplemente, en el barrio que planificó y habitó. Donde comenzó a crear sus sueños y donde desarrolló sus búsquedas, luchas y logros. Por eso, los invitamos a recorrer el barrio con una nueva mirada, intentando escuchar los ecos de la voz de su soñador. Cerremos los ojos. Imaginemos que estamos parados en el centro de la Plaza Arenales, al lado del mástil cuyo estilo es propio del art deco. Obra del escultor argentino e ítalo-descendiente Luis Perlotti, quien también diseñó los relieves de los mástiles de las plazas San Martín y Belgrano. Fue influenciado por Eduardo Holmberg y Ricardo Rojas. Este último fue un luchador incansable por definir la identidad nacional: el ser argentino está formado por raíces indígenas y europeas. La herencia de Rojas en Perlotti dejó fuertes impresiones en los relieves del mástil de la Plaza Arenales, por ejemplo en los rostros indianos que decoran su superficie.
Italia vive en el barrio
Miramos nuevamente el mástil, atrás se encuentra la Escuela Antonio Devoto en la intersección entre Av. Salvador María del Carril y Mercedes. Fue el primer Palazzo Devoto, construido por el mismo Buschiazzo. Aun cuando este palacio fue destinado para ser vivienda de Antonio Devoto y su primera esposa doña Rosa Viale, en verdad nunca fue habitado por sus dueños ya que fallecieron antes de que fuera terminado.

El edificio original contaba con orfebrería de bronce y de plata, los hierros habían sido forjados en Italia y los mosaicos florentinos lamentablemente nunca llegaron a colocarse. Sendas columnas dóricas nos dan la bienvenida en la entrada. Miramos hacia arriba. Un dintel ornamentado da paso al balcón superior y vemos una torre con ventanas de arco de medio punto.
El Palacio Ceci: la joya de Villa Devoto
El Palacio Ceci es otra joya arquitectónica oculta del barrio. Lleva por nombre el apellido de la familia que lo habitó, proveniente de Camerano, provincia de Ancona (Italia). Los Ceci llegaron a la Argentina en 1885 y el palacio data de 1913. Como suele suceder en edificios de esta época, el estilo es francés con pinceladas de la corriente italiana. Los Ceci fueron una familia de constructores. Ceci Hermanos, Empresarios Constructores, construyeron el edificio del Seminario Metropolitano “Inmaculada Concepción” y de su iglesia, ubicados en la calle José Cubas.
En cuanto al Palacio Ceci, su ornamentación exterior es obra de otro italiano, Luigi Trinchero, autor de las esculturas interiores y exteriores del Teatro Colón. Realizó también trabajos para el Museo y Centro Naval, la Sociedad Italiana Unione e Benevolenza, la fachada del Templo de la Piedad, la imagen exterior de Stella Maris (para la Iglesia en Mar del Plata que lleva el nombre de dicha virgen), para la Casa de Gobierno de Santa Fé y Jujuy, el diario La Prensa, entre otros. Por su parte, el italiano Dante Ortolani, diseñador de la sala principal del Teatro Coliseo, fue el responsable de algunos de los frescos que decoran su interior.
El mausoleo para la familia Devoto: la Basílica San Antonio de Padua
De todos modos, a diferencia de otras distribuciones urbanas, sucede algo particular. La iglesia principal del barrio no se encuentra en los alrededores de la plaza principal. El historiador Eduardo Lazzari sugiere que esto es legado del pensamiento masónico. La construcción de la actual Basílica Menor San Antonio de Padua estuvo a cargo del arquitecto de origen austro-húngaro Marcovich. Su construcción es monumental y los resabios de su cúpula se ven desde lejos.

La grandeza de su arquitectura se debe a la idea original de Devoto. Fue pensada como mausoleo de la familia. Es por ello que posee una cripta. Ya en la entrada nos reciben los rostros de mármol de Antonio y de su esposa Elina Pombo. La planta es de diseño griego. No tiene contacto con otros edificios. Es una isla arquitectónica sobre la avenida Lincoln. Huellas de la patria de Antonio Devoto quedan en el diseño de la iglesia: el estilo toscano y el neoclásico.
Villa Devoto, 135 años después
Transcurrieron 135 años de la aceptación del proyecto que daría vida a una de las zonas más queridas por los porteños, los vecinos y los turistas. No solo por haberse transformado en un polo gastronómico y cultural, sino también porque en él perviven rasgos de los antiguos barrios de la ciudad, al igual que los vecinos Parque Chas y Villa Pueyrredón. Tuvo un pasado rural y su historia fue forjada por distintas generaciones de inmigrantes: ingleses, italianos y españoles.
Lo llaman “El jardín de la ciudad”. Tal vez sea por sus parques, su diseño particular, sus calles pobladas de árboles, sus aires con olor a barrio viejo. Hoy recordamos su aniversario. Casas bajas, plazas amplias, arquitecturas que dejan a más de uno con los ojos, la curiosidad y la boca abierta. En las calles, aún se siente el espíritu de Don Antonio Devoto que, alguna vez, caminó por ellas y soñó su futuro.
Autor de la imagen de portada: Facebook Devoto Magazine.