Rodolfo Ellena: Cómo fue juntar a Dante y a Borges en el Paraíso

Dialogamos con Rodolfo Ellena, autor del libro “Dos con la Trinidad” que recrea un diálogo entre Dante Alighieri y Jorge Luís Borges en el Paraíso.

Viaje al corazón de una historia única

Rodolfo Ellena es Licenciado en Relaciones Públicas, tripulante de cabina, trabaja en una compañía de seguros y es docente universitario. Hasta ahí, nada fuera de lo común. Sin embargo, Rodolfo es también el autor de un libro surreal que, fruto de un largo proceso de investigación, unió a Dante Alighieri y a Jorge Luís Borges en el Paraíso.
Su curiosidad y el hambre de ir siempre detrás de nuevas experiencias, aventuras e historias es lo que ha llevado a a este hombre de 56 años, ávido lector y “eterno estudiante”, a elaborar este apasionante relato. A continuación, el propio Rodolfo es quien explica cómo le dio vida a “Dos en la Trinidad”. Además, habla de su vínculo con Italia, su pasión por los libros y sus proyectos a futuro. Sean bienvenidos entonces, a este viaje al corazón de una historia única.

¿Cuál es tu vínculo familiar con Italia?

“Yo descubrí los orígenes de mi familia en profundidad en el momento en el que empecé a tramitar la ciudadanía italiana, más allá de una obvia curiosidad por saber de dónde venían mis raíces. Mi bisabuelo nació en Bene Vagienna, una localidad y comune italiana de la provincia de Cuneo, en la región del Piamonte. En 2019, a raíz de los trámites de la ciudadanía, tuve la oportunidad de viajar para retirar la documentación y conocer el pueblo y ahí hice una conexión con la gente y con el lugar y, a partir de ese momento, cada vez que tengo la posibilidad de viajar a Europa, paso por Bene Vagienna porque es, de alguna manera, volver a mi propio espacio, a mis ancestros.
Sin embargo, mi primer contacto con Italia comienza antes, cuando empecé a estudiar italiano, en 2008, porque existía la posibilidad de ir a trabajar a Estados Unidos con un amigo que trabajaba con turistas italianos. Por cuestiones de la economía mundial, esa posibilidad no se concretó pero yo decidí seguir estudiando el idioma igual porque era algo que siempre me había atraido y, en definitiva, fue lo que me trajo a este presente”.

¿Y la conexión con la literatura cómo surgió?

“Mi pasión por la lectura viene desde mucho antes. Más allá de los libros que te hacían leer en la escuela, tengo el recuerdo de chico de ver a mi papá leyendo el diario y buscando palabras desconocidas para él en el diccionario. Además, siempre hubo libros en mi casa. Éramos una familia de clase media típica de los años 70′, mi papá era trabajador mecánico, donde nunca faltó nada y siempre había libros o revistas. El primer libro del que tengo memoria es ‘¡Viven!’, del escritor francés Piers Paul Read que narraba la historia de los sobrevivientes de la tragedia de los Andes.

Dante - Tapa libro VIVEN - Piers Paul Read
“¡Viven” es uno de los primeros libros que Rodolfo conoció.

Además, mi papá siempre compraba el diario de la mañana y el de la tarde y mi mamá alguna revista tipo ‘Para Ti’ o aquellas típicas de Editorial Atlántica; mi papá compraba “El Gráfico’ y a mí me compraban ‘Anteojito’ o ‘Billiken.
Ya después, en la secundaria, descubrí que tenía facilidad para la literatura y el lenguaje y así me fui conectando. Recuerdo también que, el primer libro que me compré, fue cuando todavía estaba en la primaria y era ‘Dos años de vacaciones’, de Julio Verne. Y hace poco, desarmando la casa de mis viejos, me volví a encontrar con ese libro que, de alguna manera, empezó todo”.

¿Nunca se te dio por estudiar letras?

“Cuando terminé el colegio, yo quería dedicarme a la actuación. De hecho, tengo formación actoral. Pero, yo sabía que, por un lado estaba lo que a mí me gustaba y, por el otro, lo que, entendía, iba a darme cierta seguridad económica. Soy hijo único y sabía que, tarde o temprano, iba a tener que hacerme cargo de mis viejos así que necesitaba hacer algo que me diera un respaldo económico y una tranquilidad a futuro. Así fue que entré a trabajar en una compañía de seguros en la que ya llevo 23 años y ahora, con todo el tiempo el mundo, puedo dedicarme a las dos cosas en paralelo. Encontré una profesión que me permite hacer lo que me gusta en mis tiempos libres. Me gusta mucho viajar y, de hecho, si fuera millonario, me la pasaría viajando, aprendiendo idiomas y conociendo gente. Pero, volviendo a tu pregunta, nunca pensé en estudiar letras. Soy tripulante de cabina, lo que se conoce comunmente como ‘azafato’. Siempre estudié cosas que estuvieran conectadas con lo que yo disfruto hacer, independientemente de lo que tengo que hacer, que es asegurarme un pasar económico. Así fue como hice el curso de tripulante, el de actuación, me dediqué a la escritura, etc”.

¿En qué momento entra la literatura en tu vida y, más precisamente Dante?

“Es extraño porque hay una rotonda donde convergen varias rutas. Como te contaba, estudio italiano desde 2008 y a partir de ahí empiezo a involucrarme en la cultura de autores italianos como Umberto Eco, Cesare Pavese y Stefano Benni. En paralelo, empiezo a estudiar la obra de Borges con la profesora Alicia Ardila y hago un curso que ella dio durante la pandemia titulado Borges lector de Dante’ y ese sería, de alguna manera, el inicio. Yo no sabía que Borges era un lector de la Comedia. A partir de ahí empecé a profundizar en la obra de Borges y en su conexión con el autor italiano”.

Dante - Dante_Alighieri_Libro.
Dante Alighieri, autor de “La Divina Comedia”.

“En Buenos Aires se decía que la mejor traducción de la Divina Comedia era la de Bartolomé Mitre. Y, un día, hace 10 años, mientras recorría una librería antigua en Buenos Aires, encontré los tomos de la Divina Comedia traducidos por Mitre y, cuando lo quise empezar a leer, no entendí nada, porque es una traducción al español que Mitre hizo en base a su interpretación el texto. Pero, cuando empecé a hacer el curso de Alicia, y empecé a ver qué pasaba entre Borges y Dante, me metí en ese laberinto porque son dos autores que te meten todo el tiempo en el corazón de la lectura”.

¿Cómo nació la idea de Dos con la Trinidad?

“El libro tomó vida propia porque yo hacía un curso de redacción en el que escribía cuentos y, luego, la profesora los corregía. Es más, tengo para hacer un libro con esos textos. Pero este tema se impuso porque cuando apareció el curso ‘Borges lector de Dante’ empecé a encontrar algunas similitudes entre ambos autores. Entonces, la profesora me dijo ‘estos dos se tienen que encontrar, porque tienen muchas cosas en común; política, los bisabuelos, la amistad, etc.) Y un día me hice una lista de parecidos y encontré como cuatro o cinco puntos en común y la verdad es que no encontré dificultades porque con esa idea salió solo”.

Dante - Tapa del libro Dos en la Trinidad.
Tapa del libro “Dos con la Trinidad”.

“Obviamente, tuve que investigar a ambos personajes, sus textos, y buscar información, sobre todo de Dante. En ese sentido, me ayudó bastante mi formación actoral en cuanto a que el texto no me quedara desbalanceado porque, claramente, conocemos mucho más de Borges porque es contemporáneo. Ese fue uno de los obstáculos que tuve que atravesar para que el diálogo me quedara medianamente compensado. Pero no hubo escollos grandes, fue todo tan natural que, incluso, tengo la sensación de que ambos autores hicieron fuerza para conocerse a través de mis palabras. Lo pensé como si se fuera a hacer una puesta en teatro, y pensaba ‘los diálogos tienen que quedar parejos porque sino lo tengo a Borges hablando de algo y a Dante diciendo ‘va bene’ o ‘certo’‘. Así fue que empecé a jugar y el hecho e ponerlos en el Paraíso me permitió eso, porque ahí no hay ni tiempo ni espacio”.

Muchos lectores tienen cierto temor o prejuicio a la hora de abordar la obra de Borges y/o de Dante. Ambos autores suelen ser tildados como “complejos”. En base a tu experiencia, ¿cómo se puede romper este prejuicio y cómo sugerís que uno debe iniciarse en la obra de cada uno?

“Coincido, hay cierto prejuicio. De hecho, hay una anécdota que el propio Borges contaba y era que iba caminando por la calle y la gente al verlo le gritaba ‘genio’, ‘maestro’, y él decía ‘si toda esta gente que me saluda hubiera comprado mis libros y los hubiera leído yo sería millonario’. Parte del objetivo de este libro es romper ese prejuicio. Son autores difíciles sí, pero también son generosos. Vos podés leer sus textos superficialmente, pero cuando vas a fondo te encontrás con otra cosa. Hay un dato claro para entender esto: Los italianos estudian a Dante en la secundaria, y a Borges lo leían en el diario los trabajadores que tomaban el tranvía en la década del ’50. Lo que quiero decir es que, son autores difíciles pero las generaciones que vinimos después nos volvimos más perezosos. Es casi como la matemática, si sos buen docente, a pesar de que es difícil, si tenés ganas lo hacés accesible. Y son generosos porque si te mandás a leer sus libros, encontrás otras cosas. Ambos escribían con muchas metáforas, deslizaban datos entre líneas, te llevaban a otros autores y te abrían puertas. Cuando hice la corrección con la profesora del curso de redacción, le dije que yo quería que, si había un lector que no conocía a uno o a ambos autores, que este libro funcionara como una carta de presentación. Por eso también ‘Dos con la Trinidad’ está redactado de una manera amena”.

De alguna manera, uno piensa que, tanto Borges como Alighieri son autores “solemnes”…

“Claro. La herramienta de la solemnidad le permite a determinados docentes, escritores y lectores ponerse en una posición elitista. Es como que dicen ‘estos autores son para nosotros, ustedes lean a Sidney Sheldon’. Si vas a la playa, no te vas a llevar un libro de Borges, es cierto. Son autores para leer palabra por palabra y renglón por renglón. Si te distrajiste un segundo, dejaste pasar lo que yo llamo una perla negra. Descubrir esas gemas ocultas te da un goce espectacular. Por ejemplo, Borges tiene un cuento titulado ‘Tema del traidor y del héroe’ donde pone una fecha: 6 de agosto de 1824. Lo primero que uno hace es ir a la historia de Irlanda para ver si encuentra en ese algún dato importante. Pero en esa fecha no pasó nada. Sin embargo, si uno se pone a investigar, se da cuenta que ese día marcó el inicio de la batalla de Junín, donde el abuelo de Borges, Isidoro Suárez, dirigió la carga de húsares que decidió la victoria de las fuerzas libertadoras, y es la última batalla de la independencia de América.
Tanto Dante, como Borges, son autores que te sacan de la pereza que hablaba antes. Entonces, como nos hemos vuelto ‘vagos’, vamos por la fácil y decimos ‘no, son autores complejos, que los lea otro’. Y te estás perdiendo un montón de cosas”.

¿Qué es la italianidad para vos?

“La italianidad, para mí, es que Italia es mi lugar en el mundo. Descubrí que vengo de ahí. Hay un texto de Borges con el cual me siento muy identificado que dice: ‘estoy volviendo al idioma que hablaban mis mayores hace cincuenta generaciones; estoy volviendo a ese idioma, estoy recuperándolo. No es la primera vez que lo uso; cuando yo tenía otros nombres, yo hablé este idioma’. Para mí, esa es mí sintesis. Y, por otro lado, y tengo que volver a Borges en el cuento ‘Biografía de Tadeo Isidoro Cruz’, el dice: ‘Hay un momento, un instante en la vida en la que un hombre sabe definitivamente quién es’. Y, yo creo que, cuando se juntan la lengua italiana, Borges y mi viaje al pueblo de mis ancestros, es donde sé quién soy. Entonces, ahí volvemos a la imagen de la rotonda de la que hablamos antes. Este libro es una señal de quién soy: idioma, curioso por la lectura, y soy quien viene de ese pueblo de donde era mi bisabuelo”.

¿Con qué otro autor contemporáneo podría encontrarse Dante hoy?

“La idea de este libro nació como algo espontaneo, no fue premeditado. Es difícil, creo que Dante podría hablar con muchísimos autores… Pero si tuviera que elegir uno, sería Mario Benedetti. Siento que los dos manejan una cosa de la capacidad de desarrollo y la capacidad de síntesis, el cuestionamiento analítico más allá de lo partidario. Sería una charla súper divertida”.

¿Hay otros proyectos literarios a futuro?

“Cuando una pareja se pone de novia, le preguntan cuándo se casa. Una vez que se casa, le preguntan cuándo viene el bebé. Esto es más o menos igual. Vas quemando etapas sin gozar el momento y a mí me pasa que el otro día, en el Círculo Italiano, cuando estaba presentando el libro, me di cuenta que quería disfrutar este momento. Estoy en la etapa del ‘baby shower’. Quiero dar a conocer mi trabajo, sacarlo a pasear, gozar este momento. Es divertido y, además, me da la posibilidad de viajar, conocer gente, hacer lo que me gusta.
Obviamente hay planes a futuro, pero esto recién empieza y quiero disfrutar. Antes daba clases y esa puerta se cerró y apareció esto en el momento justo así que quiero vivir este presente. En tiempos de inmediatez, la verdadera revolución es tomarse el tiempo para disfrutar”.

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