Mujeres de ciencia: huellas científicas ítalo-argentinas

¿Cuántas científicas podemos enumerar a lo largo de la historia nacional y mundial? No hace falta pensarlo mucho para conocer la respuesta. Con este panorama en mente, cada 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Esta fecha fue acordada por la Asamblea General de las Naciones Unidas como una forma de seguir luchando por la igualdad de género y visibilizar a aquellas mujeres que, desde tiempos remotos, hacen ciencia a la par de los hombres. En este contexto, en la nota de hoy, los invitamos a revivir la historia, el legado y los descubrimientos de algunas científicas ítalo-argentinas.

¿Por qué se celebra el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia?

¿Sabías que las mujeres suelen recibir becas de investigación de valor más bajo que sus colegas masculinos? Si bien representan el 33,3% de todos los investigadores, sólo el 12% de los miembros de las academias científicas nacionales son de género femenino. Podríamos seguir enumerando más de estas estadísticas que marcan una diferencia en cuanto al acceso a trabajos, ámbitos y estudios por parte de la población femenina. Como una forma de visibilizar esta situación, revertirla y alcanzar la igualdad de género para contribuir al desarrollo económico del mundo y lograr sociedades pacíficas, surge esta proclamación

Algunas científicas ítalo-argentinas que hicieron historia

Si hablamos de medicina o de ciencia, no podemos dejar de mencionar los nombres de Julieta Lanteri,  Eugenia Sacerdote y Amalia Pesce de Fagonde, por nombrar algunas. Cada una de ellas fue pionera en los distintos ámbitos de sus vidas. La primera nació como Giulia Maddalena Angela Lanteri en Brigga Maritima (Italia). En Argentina, la conocemos como Julieta Lanteri, una médica, política y una feminista argentina que organizó el Congreso Femenino Internacional en 1910. En dicho evento, se presentaron numerosos trabajos sobre temáticas de género, tales como derecho, educación, cultura,  la igualdad de sexos, la igualdad política, el divorcio, entre otros. De esta forma, fue el primer evento que hizo visible la organización feminista y la preocupación por modificar las situaciones de inferioridad y la brecha de género que vivían las mujeres no sólo en Argentina, sino también en el resto del mundo. Asimismo, Julieta Lanteri fundó el Partido Feminista Nacional con el cual se presentó en diversas ocasiones como legisladora. 

La ciencia como forma de vida

Por otro lado, Amalia Pesce fue la primera mujer en graduarse como médica veterinaria en Argentina y Sudamérica. De familia italiana, nació el 14 de febrero de 1906 en la localidad de Lomas de Zamora (Buenos Aires), hace exactamente 118 años. Al igual que sus colegas femeninas, debió soportar presiones sexistas cuando decidió inscribirse en la Facultad de Veterinaria. De hecho, al ser la primera mujer en anotarse en dicha carrera, recibió el consejo de inscribirse en la Escuela de Agronomía ya que “la actividad que desarrolla un profesional veterinario no era propia de una mujer”. Contra viento y marea, finalmente Amalia se recibió de médica veterinaria en julio de 1936. 

Amalia Pesce fue la primera mujer en graduarse como médica veterinaria en Argentina y Sudamérica.

Su campo disciplinar fue la microbiología. Amalia trabajó en el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación, donde creó el primer laboratorio de organismos anaerobios dentro de la sección de Patología animal. Asimismo, se dedicó al estudio de los sueros y vacunas. Formó parte del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y del SENASA (Servicio Nacional de Sanidad Animal). Aún cuando logró diversos hitos durante su carrera profesional, debemos recordar que la brecha de género seguía existiendo, al igual que sucedía en otras profesiones. Por lo tanto, las mujeres -aunque fueran profesionales- ocupaban puestos referidos a la docencia  “por su carácter maternal” o al trabajo dentro del laboratorio. 

La medicina entre Italia y Argentina

Por último, Eugenia Sacerdote (nacida en Turín en 1910) fue una médica que probó, por primera vez, la vacuna poliomielítica en nuestro país. Si bien su carrera comenzó en Italia donde, al igual que en muchos otros países, a las mujeres no se les permitía estudiar medicina, luego debió emigrar a la Argentina con la llegada del fascismo. Formó parte de la Cátedra de Histología de la Facultad de Medicina de la UBA, aunque no recibía salario fijo. Fue investigadora del CONICET y Jefa de Virología del Instituto Malbrán. Asimismo, a lo largo de su carrera, se dedicó al estudio de las células tumorales en el Instituto Oncológico Angel Roffo. Recién en 1958, logró que se le reconociera su título de médica que había obtenido en 1936, en Italia. 

Ciencia no es sinónimo de microscopio

Muchas veces cuando hablamos de ciencia, la primera imagen que se nos viene a la mente es el laboratorio y con él, las llamadas ciencias duras. Es decir, aquellas que utilizan el método científico con resultados y posibilidades de verificación más rigurosas y exactas. Esa, tal vez, era la ciencia en donde estudiaron Julieta Lanteri, Eugenia Sacerdote y Amalia Pesce que desarrollaron sus carreras profesionales durante el siglo XX. Sin embargo, hoy sabemos que la palabra “ciencia” no remite únicamente a las ciencias naturales o exactas

Julieta Lanteri fue una médica, política y feminista argentina. Autor: Facebook Archivo General de la Nación Argentina.

Las humanidades, las ciencias sociales, la economía, la educación también son ciencias que poseen un diagnóstico, un método científico, un objeto de estudio, un marco teórico y resultados comprobables. Estudiar, por ejemplo, la discriminación, las desigualdades de género, la violencia, el acceso desigual a la educación, los estereotipos, las formas de aprendizaje entre otros temas, es investigar sobre factores que influyen en nuestra sociedad. Dichas investigaciones se vuelven fundamentales para saber quiénes somos, cómo nos relacionamos y cómo podemos ocuparnos de cuestiones económicas, educativas, políticas y culturales. 

Las científicas rompen barreras

Afortunadamente, el mundo que conocieron Julieta, Amalia y Eugenia ha cambiado. Las mujeres han avanzado notablemente en lo que respecta a sus derechos sociales, económicos y políticos y pudieron destruir algunas barreras. De todos modos, aún queda un largo camino por recorrer. Y la formación científica y académica sigue siendo una asignatura pendiente. Por lo tanto, se vuelve fundamental recordar a las múltiples figuras femeninas que construyeron la ciencia argentina.  Entre ellas,  se encuentran las aquí mencionadas, cuyo origen ítalo-argentino nos vincula un poco más a sus biografías, a sus luchas y a sus búsquedas. Gracias a sus batallas, a sus logros e intentos hoy podemos contar y vivir otra historia.  Por eso, en esta nota, valoramos la vida de algunas mujeres que omitieron las opiniones de la época e ignoraron el “lugar” que debían ocupar.  De esta forma, el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia llega para demostrarnos que a priori no existen carreras o profesiones destinada a un solo sexo y que todas las investigaciones científicas son fundamentales para el desarrollo de las sociedades. 

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