Estamos transitando la llamada Semana de Mayo. Son los días previos al festejo propio de la Revolución del 25, un momento clave para la Historia Nacional. Pero tal como sabemos, los sucesos desarrollados ese 25 de mayo de 1810 no fueron azarosos. La creación del Primer Gobierno Patrio fue el resultado del cruce de múltiples factores y de diversos hechos que sucedieron durante las semanas previas. Las ideas revolucionarias que salieron a la luz ese día se venían engendrando, hace tiempo, en la mente y en el corazón de un grupo de patriotas. Por lo tanto, en esta nota, recordamos algunos de los hechos más significativos.
El inicio del fin
Todo comenzó el viernes 18, cuando el virrey Cisneros comunicó al pueblo las novedades provenientes de España. Las noticias que habían llegado no eran buenas. Andalucía había caído en poder de los franceses, por las invasiones napoleónicas. Por lo tanto, el virrey solicitó al Virreynato que se mantuviera fiel a la Corona Española y no la traicionara. A partir de estas noticias, los Patriotas realizaron una reunión con Cornelio Saavedra, Jefe del Regimiento de Patricios. Veían que era un momento oportuno para poner en marcha sus ideas revolucionarias. Ni lentos, ni perezosos, el sábado 19 los criollos reclamaron la organización de un Cabildo Abierto, sin trabas, para tratar el destino del gobierno local. El domingo 20, el Virrey Cisneros -ya enterado del pedido- se reunió con funcionarios, militares y comerciantes para tratar la convocatoria del Cabildo.
Llega la Legión Infernal
El lunes 21 se reunió el Cabildo, como era habitual en esa época, para tratar los temas pertenecientes a la ciudad. Sin embargo, las tareas fueron interrumpidas por una serie de gritos provenientes de la actual Plaza de Mayo que, en ese entonces, llevaba el nombre de Plaza de la Victoria. ¿Qué sucedía? Un grupo de 600 hombres estaban armados con pistolas y puñales. Llevaban en sus sombreros el retrato de Fernando VII y en sus solapas, una cinta blanca. Este era un símbolo de la unidad criollo-española desde la defensa de Buenos Aires.
Dicha multitud estaba encabezada por dos personajes que conocemos largamente: Domingo French y Antonio Luis Beruti. El grupo de personas liderado por French y Berutti era reconocida bajo el nombre de “Legión Infernal”. ¿Cuál era el problema? Estaban demandando, a gritos, la concreción del Cabildo Abierto. Frente a dichos pedidos, los cabildantes accedieron a que sea convocado para el día siguiente. Sin embargo, esta decisión favorable no calmó a la multitud que, además, pedía la suspensión del entonces virrey. Fue Cornelio Saavedra quien intervino y aseguró al grupo el apoyo militar de sus pedidos.
Lo prometido es deuda: el Cabildo Abierto
Finalmente, se reunió el Cabildo Abierto. Mientras French y Beruti esperaban las novedades en la Plaza de la Victoria, dentro del Cabildo se sucedían los discursos. El gran punto del debate era la continuidad o no del Virrey en su cargo. Había opiniones a favor y otras tantas en contra. Aun cuando la mayoría aprobara la destitución de Cisneros, no acordaban quién debía asumir el nuevo poder. Por lo tanto, Castelli expresó que debía ser el pueblo quien decidiera la junta de gobierno, por medio de una votación. Pero, por otro lado, Cornelio Saavedra opinaba que el nuevo gobierno debía ser organizado por el Cabildo. ¿El problema? Muchos miembros del Cabildo eran españoles y, por ende, seguían apoyando al destituido virrey. Si bien se llegó a realizar una votación, dado lo extenso y agotador de la jornada, se decidió dejar el escrutinio para el otro día.
Marcha hacia delante y hacia atrás
El miércoles 23 a la mañana se reunió el Cabildo para contabilizar los votos ejecutados el día anterior. Se redactó un acta donde se dejaba asentado que el virrey debía abandonar el mandato. Sin embargo, el jueves 24 parecía que habían retrocedido unos cuantos casilleros. Daba la sensación de que la revuelta popular, la muchedumbre organizada por French y Beruti y el reclamo del pueblo habían sido en vano. En una reunión a puertas cerradas, el Cabildo había designado una junta de gobierno. Sí, eso se había cumplido. Lo único. El problema era quién la encabezaba: el propio Cisneros. Y estaba integrada por cuatro vocales, dos de ellos españoles y dos criollos (Castelli y Saavedra). Esta decisión burlaba, por completo, la voluntad popular. Esto provocó la bronca e indignación tanto de las milicias como del pueblo. Los patriotas revolucionarios hicieron ver el error a Castelli quien elevó su renuncia junto a Saavedra. Ambos lograron que también Cisneros renunciara. Por lo tanto, la Junta quedó disuelta y se convocó nuevamente al Cabildo para la mañana siguiente.
El sol del 25 se está asomando
Con los hechos ocurridos durante la semana, creíamos que nunca íbamos a llegar al 25. Para sus protagonistas, la hoy conocida como Semana de Mayo fue bastante extensa, con idas y vueltas. Los cabildantes aceptaron la renuncia de Cisneros a quien los jefes militares ya negaban el apoyo. Pero las decisiones no se tomaban tan fácilmente. Pasaban las horas y no había una resolución clara. Mientras tanto en la plaza, los vecinos y milicianos se iban agrupando, liderados nuevamente por French y Beruti.
Algunos llevaban prendidas cintas azules y blancas. Si bien la imagen nos suena conocida; las hoy reconocidas como las escarapelas del 25 de mayo ya habían sido usado con antelación. Los colores que portaban los criollos en la Plaza de la Victoria habían sido utilizados por los patricios como distintivo, durante las invasiones inglesas. Finalmente, los cabildantes reconocieron la autoridad de la Junta Revolucionaria y formaron, de esta manera, el Primer Gobierno Patrio.
¿Quiénes son los integrantes del Primer Gobierno Patrio?
Ya conocemos la formación del equipo. El presidentes era Cornelio Saavedra y sus secretarios eran los doctores Juan José Paso y Mariano Moreno. De corta vida pero de grandes ideas, Moreno fue el creador de la Biblioteca Nacional y de la Gazeta de Buenos Aires. Además, fueron designados seis vocales: Juan José Castelli, Miguel de Azcuénaga, el sacerdote Manuel Alberti, los comerciantes Juan Larrea y Domingo Matheu y Manuel Belgrano. Este, además, fue el padre de la Escarapela y de la Bandera Nacional, hijo de un inmigrante italiano. “La vida es nada si la libertad se pierde”, había dicho en una ocasión. Participó no solo en las invasiones inglesas, sino también en la guerra de la Independencia contra los ejércitos realistas, luego de los hechos ocurridos en mayo de 1810. De esta forma, con estos grandes protagonistas comenzaba una nueva etapa en nuestra Historia Nacional que sería recordada como la Revolución de Mayo.
Mujeres de palabra
Por otro lado, cuando analizamos la Historia Argentina no nos podemos olvidar de ellas, las mujeres, que cumplieron un gran papel. A Mariquita Sánchez de Thompson se la conoce mayormente por ser la primera en entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino. Sin embargo, fue mucho más que eso. Abrazó con pasión la causa revolucionaria y puso su casa al servicio de las empresas patrióticas más importantes. Mediante las tertulias y reuniones que organizaba, buscaba derrocar al gobierno del virrey Cisneros.
Una semana con mucha historia
Tal como observamos, todas las personalidades que formaron parte de estos sucesos eran humanos, después de todo. Con sus aciertos, sus errores y sus pasiones. A lo largo de esta breve cronología, notamos que también dentro de ellos se disputaban ciertas tensiones. El afán por la defensa de la libertad pero también el miedo por el cambio. Todo gran paso en la historia supone dejar morir cierta comodidad en nosotros. Como se dice hoy en día, “salir de nuestra zona de confort”. Más allá de la marcha y contramarcha, de las decisiones tomadas y las renuncias, debemos recordar a estos hombres y mujeres y a tantos otros que murieron en el anonimato. En ellos está la clave para entender nuestra Historia Nacional, la pasada y la actual.


