El pasado lunes 7 de julio se realizó una nueva edición de la ya tradicional Cena del Lunedí en el Círculo Italiano de Buenos Aires. La cena contó con la presencia de diversos referentes de la colectividad italiana tanto de Buenos Aires como a nivel nacional. En esta ocasión, el invitado de honor fue Darío Signorini, actual Presidente del COMITES de Buenos Aires y de FEDIBA, entre otros cargos. Temas como la importancia de ejercer una ciudadanía activa, los proyectos actuales de la colectividad, el naciente Museo de la Inmigración Italiana y la nueva Ley de Ciudadanía Italiana fueron abordados durante la noche. La velada finalizó con un especial llamado a la colectividad y a los jóvenes.
La ítalo-argentinidad echa raíces
Fundado el 16 de mayo de 1873, el Circulo Italiano de Buenos Aires es una asociación civil sin fines de lucro que tiene como misión la conservación e incremento del espíritu de unión entre italianos y argentinos. En la actualidad, está ubicado en el corazón del centro porteño y desde allí, promueve y realiza diversas actividades de carácter social, cultural, artístico y recreativo que contribuyan a consolidar los vínculos esenciales de amistad entre Argentina e Italia. Cada lunes, tal como su nombre lo indica, el Círculo organiza una ya tradicional cena, con importantes y relevantes invitados en cada una de ellas. En ocasión de la realizada el lunes 7 de julio, fue el Dr. Darío Signorini (Presidente del COMITES de Buenos Aires y de FEDIBA) quien ocupó dicho lugar, en el bello y elegante salón Roma.
Darío Signorini, protagonista de la Cena del Lunedi
Más allá de sus roles dentro de la colectividad, Darío es un gran promotor de proyectos culturales que visibilizan, revalorizan y nutren a la comunidad italiana. Luego de la presentación por parte de Patricio Percivale, prosecretario del Círculo, Presidente del área de cultura y coordinador de dicha noche tan especial, el Dr. Darío Signorini presentó uno a uno los temas que involucran y preocupan, en la actualidad, a la colectividad italiana en Argentina: la importancia de ejercer una ciudadanía activa, los proyectos actuales, el naciente Museo de la Inmigración Italiana y la nueva Ley de Ciudadanía Italiana.
El ADN italiano: la fe, la familia, el trabajo y la pasión
Más allá de la mención a los cargos que actualmente preside y sus funciones, Darío se ocupó de resaltar la importancia del carácter colectivo de cada una de las iniciativas propuestas por dichas instituciones. Como hijos y nietos de inmigrantes, como familias que lucharon en conjunto para lograr un futuro distinto, no lo podemos evitar. El valor del trabajo mancomunado late en nuestras venas. El ADN italiano está formado “por la familia, la fe, el trabajo y la pasión”. ¿Cómo lo desarrollamos? Afortunadamente, no estamos solos.

Existieron otros, grandes personalidades de la cultura ítalo-argentina, que nos marcaron el camino cual líderes y guías. “Somos socios fundadores de este bendito país. Por donde recorramos Buenos Aires y por donde recorramos Argentina, nos vamos a encontrar con mojones de italianidad”. Y así comenzando por Manuel Belgrano (creador de la Bandera Nacional y quien le dio voz a las mujeres, los esclavos y los migrantes), Darío mencionó a mujeres y hombres de diversas épocas, artistas, músicos, deportistas, personalidades de la cultura y médicos: René Favaloro, la Tana Rinaldi, el filósofo José Ingeniero e Irma Rizutti (calabresa y presente en la cena).También señaló las huellas italianas en el patrimonio porteño. “No es casualidad que el Palacio Barolo, la Casa Rosada, el Teatro Colón, el Congreso de la Nación y nuestro Teatro Coliseo son obra y gracia de arquitectos italianos”.
“Servir al otro, sin pedir nada a cambio”
Otro de los temas abordados durante la velada fue el asociacionismo, emparentado directamente con el voluntariado. Es su base fundamental. En una sociedad materialista y superficial como lo es el siglo XXI, tal como señala el Dr. Signorini “como nos enseñaron en nuestra fe religiosa, servir al otro, sin pedir nada a cambio” se vuelve contracultural y contracorriente. Y también es esencial. Las asociaciones e instituciones que hoy conocemos se conformaron bajo la base del trabajo conjunto y desinteresado. Bajo la alusión al mensaje del Papa Francisco, “Nadie se salva solo”, Darío rescata la importancia de luchar, crecer y buscar los caminos entre todos. “Más cuando nos dicen que tenemos que ejercer la ciudadanía activa, observamos todo lo que se ha construido”.
“La ciudadanía activa no significa sólo votar”
Llegado este punto, Darío resalta que – a diferencia de lo que se defiende falazmente – “la ciudadanía activa no significa sólo votar”. Argentina es testigo de las instituciones italianas que, en su tierra, han experimentado y vivido la ciudadanía activa, han fomentado la cultura, el deporte y han promovido valores, “como el Club Italiano, por nombrar algunos”. Asimismo, resalta además la creación de libros colectivos que reconocen la labor de diversas personalidades y la creación del Museo de la Inmigración italiana, proyecto impulsado por FEDIBA. “No es un museo de salones, es un museo interactivo, similar al Museo de la Inmigración Italiana que hay en Génova”, señala.
“La nueva ley de Ciudadanía italiana es realmente restrictiva y divide la familia”
De este modo, Darío Signorini demuestra que, a través de dichas iniciativas de la colectividad, se cultiva la ciudadanía activa: “honrando la historia, trabajando con la juventud apoyada por los mayores, generando un laboratorio de ideas que nos permita mantener la antorcha de la italianidad al frente”. Tales actividades no están relacionadas con la ciudadanía aludida por el decreto, aquella nueva ley de Ciudadanía italiana que “es realmente restrictiva y divide la familia”. Así como se creó dicha ley, señala el Dr. Signorini, “es probable que luego sea creada otra que la modifique”.
Darío Signorini llama a la unidad de la colectividad italiana
Para finalizar su disertación y antes de dar espacio a las preguntas del público presente, Darío Signorini convocó a todos los conciudadanos a seguir trabajando juntos desde, por y para la italianidad. “Para los que somos ciudadanos de la sangre, no va a haber ley de ciudadanía que pare esta situación”. Y realizó una convocatoria especial a los jóvenes: “tengamos paciencia, trabajemos día a día, convencidos con la convicciones que nos han dado nuestros padres y abuelos. Está fundamentalmente elaborada bajo la base del trabajo”.
“Apretemos los dientes, seamos perseverantes y llevemos adelante nuestros sueños. Como el sueño del Museo de la Inmigración que es un legado importante en la ciudad de Buenos Aires”. De esta forma, Signorini resalta con especial acento que dicho proyecto “es el sueño que debe encontrarnos unidos y organizados como colectividad para llevar adelante este reencuentro de todas las generaciones, de todas las regiones de Italia y todos los ítalo-argentinos que viven en este bendito suelo y que les estamos dejando un legado a las nuevas generaciones”.
La italianidad late en el Círculo Italiano de Buenos Aires
Tal como observamos, a través de su exposición, el Dr. Darío Signorini abordó las diversas temáticas que hoy preocupan y ocupan a la colectividad italiana no solo en Buenos Aires, sino en toda Argentina. Con un Salón Roma lleno de asistentes compenetrados en cada una de las palabras del invitado, se vivió un clima especial en la Cena del Lunedi de aquel 7 de julio. Casi llegando al postre, se dieron lugar a las preguntas y consultas. Nuevamente, volvió a nombrarse la recién votada y decretada Ley de Ciudadanía como así también surgieron dudas sobre los turnos del Consulado, la problemática de los gestores, las relaciones internacionales entre Italia y Argentina y la preocupación por la juventud en ambos países.
Para finalizar su participación, Darío Signorini agradeció la invitación y la presencia de todos los presentes. Y parafraseando a Manuel Belgrano, reconoció que su objetivo no es ser el mejor dirigente de la colectividad, “sino haber sido un buen hijo de Italia y Argentina”. Una vez más, gracias a esta iniciativa, la Cena del Lunedi y junto a otras actividades que se organizan, el Círculo Italiano de Buenos Aires transmitió su misión social, cultural y participativa; y dejó más que claro que no hay nada de qué preocuparse, la llama de la italianidad sigue encendida.