Luego del éxito de “Vuagliu Cantare” (Quiero cantar), la canción que narra la emigración de Calabria y del Sur de Italia; el cantautor crotonese Salvatore Mazzei regresó con un nuevo álbum, junto a la banda Kalacunta. “Cento anni di storia: dal Brigantaggio alla Repubblica” nos invita a realizar un viaje en el tiempo, a través de la música. Tal como lo dice su título: desde el bandolerismo a la República Italiana. Gracias a las diversas canciones que integran este conjunto musical, nos reconectamos con la historia de nuestras raíces, una historia que nos hermana. En esta entrevista con La Sfogliatella, Salvatore nos cuenta el origen de este álbum y deja un mensaje a los ítalo-descendientes.
Salvatore Mazzei, autor de “Cento anni di storia: Dal Brigantaggio alla Repubblica”
Salvatore Mazzei es un cantautor italiano, específicamente nacido en Castelsilano, un pequeño pueblo de la provincia de Crotone (Calabria). Si bien se graduó como Licenciado en Administración de Empresas (Bologna), hoy lo conocemos gracias a su música. Este gran arte le permitió llegar a tierras insondables y conectarse con los ítalo-descendientes de diversas partes del globo. Luego del éxito de “Vuagliu Cantare”, junto a Kalacunta, que hoy cuenta con miles de reproducciones en YouTube y en Spotify, Salvatore vuelve a revincularnos con nuestras raíces a través de un nuevo álbum: “Cento anni di storia: dal Brigantaggio alla Repubblica”. Y una recomendación antes de continuar la lectura, mientras vayan leyendo la nota, escuchen al mismo tiempo el disco. Es una experiencia única.
Una historia, muchas historias
Estamos acostumbrados a saber del pasado de Italia a través de dos vías. O bien, las narraciones orales y recuerdos de nuestros antepasados. Esa es la historia familiar formada principalmente por recuerdos que se unen a la historia colectiva. Son las fotos antiguas, las recetas, la nostalgia por el pasado y el olor a tuco recién preparado. Por otro lado, tenemos la historia oficial, lo que se narra en los manuales, en los libros y también en documentales. Es la narración histórica que construyó un país de sí mismo. Por lo tanto, al escuchar del nuevo proyecto de Salvatore, hay una pregunta que se vuelve obvia: cómo nace, cómo surge narrar en una serie de canciones parte de la historia del pueblo italiano.
“Dar voz a historias que no encuentran espacio en los libros”
Al contrario de lo que podríamos suponer, la respuesta no es tan obvia. “La idea nació de un profundo deseo de contar una parte importante y a menudo olvidada de nuestra historia”, comienza a contar Salvatore. Y continúa, “no es sólo un álbum musical, sino un viaje en el tiempo, entre recuerdos, sufrimientos, luchas y esperanzas que han marcado el destino de nuestro sur y de toda Italia. Sentí la necesidad de dar voz a historias que no encuentran espacio en los libros de texto, pero que aún viven en la memoria popular y en las raíces de las familias italianas, dentro y fuera de las fronteras nacionales”.
Cien años de Italia desde una nueva mirada
De la misma forma que un museo, donde los cuadros recrean una narración en su conjunto, “Cento anni di storia: dal Brigantaggio alla Repubblica” nos cuenta una historia a través de sus canciones. Sabiendo que en la vida de un país puede haber diversas versiones de un mismo hecho y que no todas ellas tienen lugar en los libros, Salvatore eligió cambiar la perspectiva de su narración. “El álbum sigue un hilo narrativo real que recorre cien años de historia italiana, centrándose en particular en los acontecimientos del sur de Italia, a menudo pasados por alto por la narrativa oficial”.
Las canciones de “Cento anni di storia: dal Brigantaggio alla Repubblica”
El álbum comienza “con Giosafatte, el llamado ‘Robin Hood’, el Buen Bandolero de Panettieri, que ayuda a mujeres, ancianos y niños. Desde allí entramos en el corazón de Il Risorgimento con I Fratelli Bandiera, patriotas y mártires que soñaron con una Italia unida y libre. Pero cuyo trágico final anticipa la complejidad de una unidad construida más con las armas que con el compartir. La historia continúa con Carlo Pisacane y el siglo XIV, que nos lleva al Sur borbónico, donde el ideal revolucionario choca con una población exhausta, desconfiada y a menudo manipulada”, señala el cantautor calabrés definiendo el recorrido de su álbum.
El fin del viaje
“Con Pietro Monaco y Ciccilla nos adentramos en el corazón del bandolerismo. Pietro Mónaco y Ciccilla son los que luchan contra un nuevo Estado que no ha traído ni justicia ni pan. Es una rebelión desesperada, cruda, a menudo sangrienta, pero llena de dignidad e ira”, explica Salvatore como contando pasajes de la historia italiana. Y añade: “Esta misma represión y miseria lleva a la necesidad de escapar, y aquí llega Za Mariuzza, quizás la canción más emotiva. Una mujer que permanece sola, mientras su marido se ve obligado a emigrar a América”. Esta última canción mencionada por Salvatore retoma una anécdota que, lamentablemente, solemos escuchar en nuestras familias.
El rol de la mujer en la inmigración
Las mujeres, en todas las oleadas inmigratorias, cumplieron un rol fundamental. Mientras los hombres se adelantaban en busca de trabajo y un hogar en la nueva tierra; las mujeres fueron las encargadas no solo de criar a sus hijos solas en Italia, sino que también luego traerlos al nuevo territorio para reunirse nuevamente. Se embarcaron en soledad o junto con otras mujeres que estaban en la misma situación. Muchas inmigrantes, también, enfrentaron la muerte de sus hijos e hijas en medio del viaje. También fueron las encargadas de permitir que las canzone, las recetas, el dialecto pasarán de generación en generación.
Son las que escribieron cartas que tal vez nunca llegarían a destino para, mediante la palabra escrita, reconectar a la familia que había quedado partida de un lado y otro del océano. De todo ello habla Za Mariuzza y así lo recuerda Salvatore. “Es la voz de todas las mujeres que se quedan para mantener unidas las piezas de familias divididas. La emigración no es una aventura, sino una laceración, una amarga partida. Por último, el viaje finaliza con dos poderosas canciones: Cunnanna y Guerra. Es una historia de amor que tuvo un epílogo trágico y quiere recordar a todos aquellos que, con su sangre y su vida, contribuyeron al nacimiento de la República Italiana”.
“L’emigrazione è un ponte tra passato e futuro”
De esta forma, aún cuando el álbum hable de toda la historia del bel paese hasta el momento de la conformación de la República; un lugar especial tienen los procesos migratorios. Salvatore Mazzei reconoce que “L’emigrazione è un ponte tra passato e futuro. La emigración es un tema central en el álbum, y es tratada no sólo como un hecho social, sino como una profunda herida histórica. Después de la unificación de Italia, muchas regiones del Sur vivieron un período de gran empobrecimiento y represión: se quitaron tierras a los agricultores y se traicionaron las promesas de redención. La canción Za Mariuzza cuenta exactamente esto: una mujer que se queda sola mientras su marido se ve obligado a emigrar a América. La suya es una voz que encarna el sufrimiento de miles de familias destrozadas, la nostalgia, pero también la fuerza de quienes quedan”.
Conocer la historia para aprender a empatizar
Llegado este punto, Salvatore reconoce cierta relación y similitud entre las diversas oleadas migratorias que impulsan a las personas a irse o a llegar a un territorio. No hay migraciones mejores o peores, simplemente existen y suponen la búsqueda de una necesidad: vivir mejor. ”En países donde fue fuerte, como Argentina, dejó una huella imborrable en la cultura, la lengua, la gastronomía y los valores. Conocer la historia de la emigración ayuda a comprender mejor las raíces de una comunidad y fortalecer su identidad. Y sobre todo nos enseña empatía: saber de dónde venimos, lo que vivieron nuestros abuelos, puede ayudarnos hoy a mirar con otros ojos a los que ahora llegan, a los que emigran por el hambre o por la guerra, como alguna vez nos pasó a nosotros”.

¿Qué mensaje darías a los descendientes de inmigrantes fuera de Italia?
“Les diría que nunca olviden sus orígenes. La memoria es un tesoro y ustedes son los custodios de una historia que se ha extendido por océanos y generaciones. Llevar adelante las tradiciones, el idioma, pero sobre todo el espíritu de quienes tuvieron el coraje de partir y empezar de nuevo. Y si pueden, vuelvan a Italia, aunque sea de viaje: vengan a ver los pueblos de donde salieron sus abuelos, las casas, las montañas, los dialectos. Se darán cuenta de que, en el fondo, nunca han estado realmente separados”.