Silvana Dulín y una pizca de Sicilia, en Mar del Plata

Cada 15 de mayo se celebra el Día del Inmigrante Siciliano en el mundo, en homenaje a todos los migrantes sicilianos que debieron abandonar su madre tierra en busca de un nuevo porvenir para ellos y sus familias. Argentina es uno de los países que recibió mayor cantidad de hermanos italianos provenientes de dicha región. Es por ello que, para honrar este día, “La Sfogliatella” entrevistó a Silvana Dulín, nieta de sicilianos, presidenta de la Unión Siciliana de Mar del Plata y fiel promotora de sus raíces italianas.

¿Por qué el 15 de mayo es el Día del Inmigrante Siciliano en el mundo?

Dicha fecha recuerda al 15 de mayo de 1946, cuando el último rey de Italia Humberto II promulgó el Estatuto de Autonomía de Sicilia. De esta forma, le dio origen a la región siciliana, hecho que precedió a la creación de la República Italiana. Asimismo, este estatuto le confirió carácter de “región autónoma”, lo cual le dio una amplia libertad legislativa, administrativa y fiscal. De esta forma, tiempo después, se instauró la fecha como homenaje a todos los sicilianos en honor al momento histórico en el cual los habitantes de la región comenzaron a tener identidad territorial. Por último, más adelante, se reconoció también a los inmigrantes sicilianos, aquellos hombres, mujeres y familias que debieron abandonar su tierra natal en busca de un futuro esperanzador. 

Silvana Dulin recuerda a Sebastiano y a Grazia Castorina

Silvana Dulín es nieta de inmigrantes sicilianos que llegaron a las costas marplatenses en los años ‘20. Es abogada y presidenta de la Unión Siciliana de Mar del Plata. Lejos de detenerse en su propia presentación, Silvana habla de sus abuelos, sus nonnos. Sí, usando ese neologismo que hace el plural, a la forma argentina, del sustantivo italiano nonno. Es en las raíces, en nuestros orígenes familiares donde encontramos nuestra esencia, nuestra identidad. Es por ello que, para nosotros hijos y nietos de inmigrantes, hablar de nuestros antepasados es presentarnos, es contar quienes somos. “Mis nonnos sicilianos llegaron a la Argentina en la década del ’20. Mi nonno Sebastiano Castorina llegó en 1921. Luego volvió a Italia a hacer el servicio militar y retornó ya casado con mi nonna Grazia”, comienza a narrar Silvana.

Silvana Dulín
Hoy, la Unión Siciliana de Mar del Plata mantiene viva las tradiciones con sus almuerzos, fiestas y reuniones. Autora: Silvana Dulín.

“Aquí se radicaron directamente en la Ciudad de Mar del Plata, en el puerto, porque mi nonno trabajaba en la pesca en Aci Trezza, un pueblo de Catania (Sicilia). Por lo tanto, se dedicó a la misma actividad y aquí formó su familia. Mi nonno Sebastiano llegó con sus hermanos, estaba un poco más acompañado. Por el contrario, mi nonna Grazia, al venirse a Argentina, dejó a sus hermanos y a sus padres. Vino solita porque se había casado con mi nonno en Italia. Ella debía seguir a su marido”.

Un corazón alejado de Sicilia

A medida que Silvana desteje la historia familiar de Sebastiano y Grazia, nuevos recuerdos surgen. “Aquí se desligaron de todas sus cosas que habían dejado en su Sicilia natal y empezaron de 0. Mi nonno comenzó como empleado en los barquitos y lanchitas amarillas. Luego, pudo comprarse una lancha y crear un pequeño saladero. Tuvieron 3 hijas: Serafina, Yolanda y Ana María, mi mamá, la más chica de las hermanas. Luego, al poco tiempo, cuando mi nonna tenía 40 años tuvo un ataque de presión, como se decía en ese momento, y falleció. Hoy sabemos que fue un accidente cerebro vascular (ACV). Mi mamá tenía 10 años y mi abuelo quedó al cuidado de sus 3 hijas”. 

Una vida en Argentina

A partir de ese momento y con el fallecimiento de Grazia, las cosas se complicaron.  Al haber cortado los vínculos con los parientes de Italia, Sebastiano Castorina no pudo regresar. Tuvo que vender todo lo que había conseguido y volvió a ser un empleado. “No la pasaron bien pero aquí siguieron, en Argentina, que era su lugar en el mundo. En este país, mi nonno aprendió el idioma como si hubiera sido un nativo y hacía los asados como cualquier criollo. Mis tías y mi mamá hablaban castellano. No se hablaba el italiano en la casa para evitar la discriminación y para que ellas pudieran ir a la escuela normalmente. Así siguieron. Luego nacimos nosotras, las nietas y los nietos que continuamos con las tradiciones que ellos nos inculcaron”.

¿De qué modo se mantienen vivas las tradiciones sicilianas en tu familia?

“En mi familia, las tradiciones sicilianas se mantienen en varios aspectos. Por un lado, la esfera religiosa ocupa un lugar importante. Toda nuestra familia es devota de San Juan Bautista, patrono de Aci Trezza. Fue traído por mis nonnos cuando llegaron a la ciudad. Por lo tanto, mis primos, mis hermanas y yo seguimos con esa tradición, con nuestra fe puesta en el Santo Patrono siciliano. Además, somos muy fieles a las tradiciones culinarias, por supuesto. En Navidad, mi tía y mi mamá han hecho siempre los dulces típicos y empanadas de brocoli en invierno, que era tan tradicional. También cocinamos el pescado como lo preparaba mi nonno. Eso no se perdió y tratamos de continuarlo”.

Silvana Dulín
Las tradiciones gastronómicas permiten mantener vivas las raíces sicilianas. Autor: Ursa Mar del Plata.

Con la Sicilia nel cuore

“Asimismo, tenemos tradiciones familiares, como canciones y cuentos”, recuerda Silvana con nostalgia en la voz y en el corazón. “Mi nonno nos contaba todas las semanas una historia diferente. Era muy famoso el cuento de Chufá, un chico del pueblo que era tremendo y muy bravo, que hacía renegar a la mamá con sus ocurrencias o con sus travesuras”. A través de las palabras de Silvana, se oyen los ecos lejanos del nonno Sebastiano, como una voz que se arrulla con el mar. “Esos cuentos comenzaban y terminaban tal vez en dos o tres días, porque mi nonno los contaba por etapas. Con mis hermanas, atesoramos estas historias como parte de la tradición de la familia que no queremos que se pierda, porque eso hace a mantener vivas las raíces”. 

Si pudieras volver a hablar con tus antepasados sicilianos, ¿Qué les dirías?

“Tuve a mi nonno hasta los 80 años, pero era jovencita y la verdad es que no se hablaba de las raíces, ni de la tierra natal con el sentimiento que se tiene ahora. Por lo tanto, volvería a hablar con ellos para preguntarles cómo sintieron ese desarraigo, por qué se desconectaron de la tierra natal. Más allá de mantener las tradiciones, ellos comenzaron una nueva vida acá, de 0. Y luego no pudieron retomar sus raíces en Italia. Más allá de una carta de vez en cuando, perdieron todo: sus bienes y su herencia. No es a la parte económica a la que me refiero, sino al aspecto familiar, la cultura, lo que uno tiene que conservar para poder mantener vivo el lazo con las raíces”. 

“No debemos cortar los lazos con la familia”

“Pienso que, en principio, perdieron la unión con Italia por las grandes necesidades que tenían aquí de ser aceptados, de arraigarse, de tener un trabajo y de tener un peso. Todo ello es una enseñanza para nosotros, para los más jóvenes y también para los que migran a buscar otro futuro. No debemos cortar los lazos con la familia de origen, de ninguna manera. Al contrario, debemos hacer el esfuerzo por mantenerlas vivas y así generar una cultura diversa, como en este caso, la cultura itálica de la cual estamos tan orgullosos”.

¿Qué mensaje darías a la colectividad  siciliana hoy?

El mensaje de Silvana Dulin gira siempre en torno a la valorización de la comunidad, de la familia. “Nosotros no nacimos para estar solos. De hecho, no podemos estar solos. Somos seres sociales y sociables. Nuestra riqueza radica justamente ahí: en la posibilidad de tener y vivenciar, de reflotar y profundizar los recuerdos y las tradiciones. Todo esto hace a nuestra cultura y nos enriquece. Y hace la diferencia. Como colectividad siciliana e italiana, debemos vivenciar la cultura, continuar con el respeto por las tradiciones, el valor del trabajo y el valor de la palabra. Es todo lo que nuestros nonnos dejaron. Es su verdadera herencia”.

Silvana Dulín
Los más jóvenes de la Colectividad Siciliana continúan con las tradiciones familiares. Autora: Silvana Dulín.

“También debemos aprender de los errores, por supuesto. Todo ello nos enriquece  y nos hace crecer como personas. Es el legado que les dejamos a nuestros hijos y nietos. Nada más ni nada menos. Mi objetivo,  como integrante de un grupo de sicilianos y como integrante de una institución es ese: dejar el ‘bichito’ de la inquietud y las ganas del aprendizaje constante. Así podremos reflotar y profundizar, cada vez más, nuestras raíces para traerlas a nuestra vida cotidiana y para hacer próspera nuestra familia, nuestra comunidad y nuestro entorno”. Para finalizar, Silvana Dulín deja un último mensaje dirigido la colectividad siciliana: “Qué todos los sicilianos y sicilianas festejen el 15 de mayo como si fuera propio y que en sus casas puedan recordar, aunque sea en un ratito, las tradiciones de sus nonnos y de sus padres”. 

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