Realizamos un recorrido histórico por las transformaciones del mítico Mercado de Abasto, desde la llegada de los inmigrantes italianos en el siglo XIX hasta su presente globalizado.
Identidad urbana, memoria cultural
En un ejercicio de memoria urbana, indagamos cómo la migración italiana configuró la identidad del barrio del Abasto y cómo esas huellas dialogan con el entramado social y cultural actual.
Al recorrer las calles, no solo se perciben las fachadas y veredas, sino también la historia cultural que habita estos espacios: sus usos, costumbres, relaciones sociales y prácticas cotidianas. Esta historia se despliega a través de quienes viven, trabajan y transitan el barrio, generando un escenario donde pasado y presente conviven y se superponen constantemente (González, 2019).
Génesis de un mercado, origen de un barrio
La instalación del mercado se remonta a fines de la década de 1880, en terrenos de la quinta de Nogueras, una zona poco poblada entre la plaza Miserere y el barrio de Almagro, caracterizada por sus quintas y plantaciones de verduras y frutales.
El Mercado de Abasto Proveedor fue inaugurado el 1° de abril de 1893 por un grupo de productores asociados en la Sociedad Anónima Mercado de Abasto Proveedor (SAMAP), con el objetivo de abastecer a toda la ciudad de frutas, verduras y legumbres.
Entre sus impulsores se destacó Santiago Rolleri, llegado a la Argentina en 1850, quien junto a un grupo de genoveses abrió el primer mercado de la zona destinado al comercio de productos agrícolas.
Con el tiempo, las tierras circundantes comenzaron a poblarse con trabajadores del mercado, mientras en sus alrededores se desarrollaban otras actividades afines.
Situado en lo que entonces eran los suburbios de la ciudad, en el barrio de Balvanera —delimitado por las calles Lavalle, Corrientes, Anchorena y Agüero—, el mercado se levantó sobre un terreno cedido por los hermanos Devoto, inmigrantes sardos con una amplia visión comercial.
Con una imponente estructura de hierro y vidrio, materiales propios de la época, edificio que simbolizó prestigio, modernidad y poder económico. La magnitud de su construcción marcó un hito: fue la primera edificación monumental del país en emplear hierro fundido en la Argentina, un material que hasta entonces se importaba de Europa.
Las figuras del quintero y puestero del Mercado de Abasto
Durante sus primeras décadas, el mercado dependía de los quinteros y puesteros italianos del norte —provenientes de Piamonte, Lombardía y Liguria— que llegaban con sus carros cargados de verduras y frutas frescas. Más tarde, se sumaron italianos del sur —napolitanos, calabreses y sicilianos—, muchos de ellos instalados en conventillos e inquilinatos cercanos.

Ese entramado social dio forma a una vida barrial intensa, con fuerte impronta italiana, que se mezcló con criollos y otras comunidades, generando un espacio de socialización. En las inmediaciones surgieron cafés, fondas, teatros, cines y comités políticos. Instituciones que acompañaron al Hospital Italiano, instalado en el barrio de Almagro desde 1902.
Microcosmos Urbano
El Abasto se convirtió en un verdadero microcosmos urbano, inseparable de la gestación del tango y de la cultura popular porteña.
Según la geógrafa Silvana Sassano:
Los hombres que trabajaban en el Mercado, la mayoría inmigrantes —italianos— y también criollos, habitaban en las cercanías con sus familias. La presencia del Mercado determinó que en las inmediaciones se levantaran casas, comercios, fondas, boliches, hoteles, comités, teatros, cines, cafés. Todo un universo giraba en torno al Mercado. Una mezcla de nacionalidades, culturas e idiomas se conformaron en este espacio urbano. El Abasto fue un centro cultural desde su nacimiento y la cuna del tango. Cobijó un mundo que vivía según sus propias leyes. Fue el terreno de políticos, payadores, compadritos, tangueros, artistas, malevos. Todo un «mundo» se gestó a partir de este Mercado de Abasto Proveedor.

En aquellas primeras décadas del siglo XX, el barrio del Abasto vio surgir figuras emblemáticas de la cultura popular argentina, como Carlos Gardel, apodado “El Morocho del Abasto”, y Tita Merello. Ambos se destacaron como cantantes y actores de cine, y sus legados quedaron íntimamente ligados a este barrio. Hoy, el Abasto conserva la casa natal de Gardel, un pasaje que lleva su nombre y su monumento, manteniendo viva la memoria de su presencia en el corazón de la ciudad.

Gobierno de la Ciudad https://turismo.buenosaires.gob.ar/es/atractivo/pasaje-carlos-gardel
Salto arquitectónico: el edificio Art Decó
La expansión llevó a la Sociedad Anónima Mercado de Abasto Proveedor (SAMAP) a proyectar una nueva sede. En 1921 el estudio Delpini, Sulcic y Bes recibió el encargo de diseñar un edificio monumental sobre la avenida Corrientes. El proyecto fue ejecutado por el arquitecto Viktor Sulčič, de origen eslovaco, el mismo profesional que participó de la construcción de la cancha de Boca Juniors, apodada “La Bombonera”, ubicada también en una zona históricamente habitada por inmigrantes.
Finalmente, en 1934 abrió al público la primera sección de esta obra Art Decó, que con el tiempo se transformaría en un ícono arquitectónico y urbano de Buenos Aires, símbolo de modernidad y de la centralidad del mercado en la vida urbana.
El estilo, característico del periodo de entreguerras, se manifestó en formas geométricas, líneas depuradas y una marcada simetría, construyendo un edificio emblemático que transmitía progreso, solidez y elegancia.
Estas formas, inspiradas en el cubismo y el constructivismo, incorporaban líneas rectas y ángulos que reforzaban su impronta moderna.


Así se va configurando la ciudad, junto con la extensión de las líneas subterraneas, consolidando la modernidad urbana.
En este marco, sobre el tramo que conectaba el subterráneo con el mercado, el Arq. y Dr. Kozak remite a la pieza cinematográfica de Tita Merello (Kozak, 2011). La película “Mercado de Abasto” (1955), dirigida por Lucas Demare y protagonizada por Merello y Pepe Arias, resulta ilustrativa. En una secuencia memorable, se muestra una persecución que transcurre en los túneles que unían los depósitos del Mercado Nuevo con la línea B de subterráneos, evidenciando tanto los imaginarios sociales sobre el sitio como la fascinación por la tecnología e innovación que representaban sus obras.

Cierre del Mercado – 1984
La crisis económica tras la última dictadura militar y la creación del Mercado Central en Tapiales marcaron el destino del Abasto. El 14 de octubre de 1984 se clausuró oficialmente, poniendo fin a casi un siglo de actividad, marcando un cambio de era para el barrio.
Entre los ecos culturales que dejó aquel momento sobresale la figura de Luca Prodan, músico italiano y líder de la banda Sumo, quien en 1987 compuso Mañana en el Abasto, una canción que transmite el desasosiego y el vacío que dejó el cierre de aquél coloso.
“(…) Tomates podridos por las calles del Abasto,
Podridos por el sol que quiebra las calles del Abasto
Hombre sentado ahí, con su botella de Resero,
Los bares tristes y vacíos ya, por la clausura del Abasto“
La pieza se inscribe en una época de efervescencia cultural, marcada por el boom del rock argentino y la reapropiación de las calles, en el marco de la década de transición hacia la nueva etapa democrática.
A finales de la década del ´80 en un contexto económico de crisis e hiperinflación, el deterioro de las condiciones generales del barrio, fueron un rasgo predominante.
Globalización y presente
Desde la década de 1990, Buenos Aires se convirtió en escenario de grandes operaciones urbanísticas, de caracter neoliberal, vinculadas al consumo y la recreación.
En este contexto, el viejo edificio del Abasto fue reciclado y reabierto en 1998 como Shopping Center, manteniendo su estructura y fachada histórica. El cambio reflejó las tensiones de la globalización: incluyendo la gentrificación, la inserción dentro del circuito turistico, la transformación socio-espacial, la resignificación cultural y la intervención de agentes inmobiliarios, cuyas estrategias moldearon el barrio y sus implicancias urbanas.
Hoy, el Abasto sigue siendo una zona comercial y un territorio de encuentro. Un espacio híbrido donde conviven -como un palipsesto- las capas de memoria mezcladas con la actualidad, las milongas, los shows y clases de tango, los teatros independientes, los bares y las nuevas comunidades migrantes, especialmente de América Latina, África y Asia, que renuevan el carácter cosmopolita del barrio.


Bibliografía
Arco de Buenos Aires. (s.f.). Mercado de Abasto. http://www.arcondebuenosaires.com.ar/mercado_de_abasto.htm
Abasto Shopping. (s.f.). Historia del Mercado de Abasto. https://www.abasto-shopping.com.ar/index.php/historia/
Buenos Aires Historia. (s.f.). El viejo Mercado de Abasto. https://buenosaireshistoria.org/juntas/el-viejo-mercado-de-abasto/
González, M. L. (2019). Buenos Aires como escenario: hacia un decálogo de vínculos entre lo urbano y lo teatral. Telón de Fondo. Revista de teoría y crítica teatral, 29. http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/telondefondo/article/view/6521
Kozak, D. (2011). Construcción y transformaciones del Abasto, 1889-1998.
Moderna Buenos Aires. (s.f.). Ex Mercado de Abasto Proveedor. https://www.modernabuenosaires.org/obras/20s-a-70s/ex-mercado-de-abasto-proveedor
Sassano, S. (2001). Transformación de un espacio urbano: el caso del Mercado de Abasto de Buenos Aires. Anales de Geografía de la Universidad Complutense.