¡La Sociedad Friulana de Buenos Aires cumple 98 años!

El barrio porteño de Villa Devoto es uno de los sitios donde laten con fuerza las huellas de la colectividad italiana. En dicho quartiere, podemos encontrar a la Sociedad Friulana de Buenos Aires que abre sus puertas a todos los inmigrantes y descendientes que provienen del Friuli, como así también a la comunidad barrial. Y hay un dato no menor. En este 2025, la Friulana está cumpliendo su 98° aniversario. “La Sfogliatella” conversó con Juan Pablo Lauricella, su flamante Presidente, para conocer más sobre dicha institución, sus orígenes y las actividades que propone con el fin de mantener viva las raíces de la italianidad. 

Juan Pablo Lauricella, Presidente de la Sociedad Friulana

Es joven. No llega aún a los 35 años. Pero su recorrido en la colectividad italiana en Argentina es extenso. Desde este 2025, es el flamante nuevo Presidente de la Sociedad Friulana de Buenos Aires que capitanea junto a la Comisión Directiva. Juan Pablo Lauricella es, sin ninguna duda, un referente poderoso de las nuevas generaciones de la italianidad. Lejos de intentar presentarse, Juan Pablo recuerda rápidamente sus orígenes, allí reside su verdadera identidad, quién realmente es. “De parte de mi papá, venían de Sicilia y de Véneto. Por un lado, mi abuelo Filippo Lauricella era originario de Canicattì (Agrigento). Llegó, se instaló en Buenos Aires y comenzó a trabajar como peluquero. Mi bisabuelo Samuel Lena provenía de Taibon Agordino (Belluno, Véneto). Primero arribó al sur de Brasil, a Jaguari, un pueblito en Rio Grande Do Sur. Sin embargo, luego de disputas familiares decidió radicarse en Misiones”, relata. 

Con el Friuli nel cuore

Por otro lado, gracias a su lado materno, la sangre friulana corre por sus venas. “Mis bisabuelos Colugnatti-Plez venían de Romans D’Isonzo (Gorizia). Llegaron primeramente a Junín, provincia de Buenos Aires. Luego, por falta de oportunidades, se radicaron en Diamante, una ciudad en Entre Ríos, a orillas del río Paraná. Todos ellos, de ambos lados de la familia, arribaron a nuestro país antes de la Primera Guerra Mundial”.

Sociedad Friulana -
Juan Pablo Lauricella es el actual Presidente de la Sociedad Friulana de Buenos Aires.

Se percibe a simple vista la emoción en las palabras y en el corazón de Juan Pablo, mientras recuerda sus raíces. “Si pudiera viajar en el tiempo, además de pedirles una foto y un autógrafo, les preguntaría qué es lo que representa el “Friûl” para ellos. Para que me recuerden el por qué seguimos adelante, la importancia de transmitir los buenos valores que  – hoy en día con tanta tecnología y con el hecho de que todo se ha vuelto efímero – se van perdiendo”.

En el corazón de Villa Devoto

Se la conoce afectuosamente como la “None dai fogolârs ator pal mont” (la abuela de los fogolares),  por ser la primera del mundo. Un faro que ilumina el camino a otras asociaciones friulanas.  Se encuentra en la calle Navarro casi esquina Av. Chivilcoy. A pocas cuadras de la Basílica San Antonio, de la Escuela Antonio Devoto, del Palacio Ceci, del Hospital Zubizarreta, de la Biblioteca Antonio Devoto y de la Plaza Arenales. Está claramente en el centro neurálgico de Villa Devoto, barrio que aún conserva los aires y aromas de una Buenos Aires antigua. Y donde también gracias a su fundador, el conde italiano Antonio Devoto (quien le da nombre al barrio y construyó la mitad de los edificios), atesora ecos de italianidad. 

Un lugar donde preservar la cultura y las raíces

“La Sociedad Friulana de Buenos Aires se fundó en noviembre de 1927. Por lo tanto, este año cumplimos 98 años. Su fundación, en un primer momento, fue impulsada por el hundimiento del trasatlántico italiano “Principessa Mafalda” en dónde viajaban muchas familias friulanas”, explica el Presidente. Recordemos que dicho transatlántico fue construido para la compañía Navigazione Generale Italiana (NGI). Lleva el nombre de la princesa Mafalda de Saboya, segunda hija del rey Víctor Manuel III. Al igual que su gemelo Principessa Iolanda, operaba la ruta Génova-Buenos Aires y se lo conoce como el “Titanic italiano” por su trágico naufragio cerca de Brasil, en octubre de 1927.

 “A raíz de ese terrible suceso, la ‘Famee Furlane’ (como se llamó en un primer momento), dedicó sus esfuerzos a ayudar a los friulanos que necesitasen asistencia, como así también buscaran un punto de encuentro para preservar la cultura y las raíces”. La historia se repite en cada asociación. Las familias italianas fundaron las instituciones para recrear – en una pequeña porción y en el nuevo territorio – una réplica a escala de la patria perdida. Se transformaron, así en “lugares seguros” donde se podía hablar libremente su lengua, donde se compartían anécdotas que solo los migrantes conocían, donde se cantaban aquellas canzonetas llenas de nostalgia y se olían nuevamente los viejos aromas.  Podemos decir, sin ninguna duda, que la Sociedad Friulana es uno de aquellos lugares. Allí donde aún, hoy en día, se sienten los ecos de la tierra amada.  

Desde 1927 hasta la actualidad

De esta forma, los primeros retoños de la incipiente asociación nacieron en 1927 de la mano de la  ‘Famee Furlane’. “En 1953, luego de obtener la personería jurídica, la asociación cambió su nombre a ‘Sociedad Friulana cultural y deportiva’. Hoy en día tenemos la fortuna de tener en la Comisión Directiva a Víctor Beltrame, hijo de uno de los fundadores. De hecho, nuestro salón principal debe su nombre al Sr. Beltrame”, señala Juan Pablo. Si bien, en un primer momento, la institución estaba ubicada en el barrio de Flores, después se buscó ampliar la sede y se eligió como destino Villa Devoto. De esta forma, el 9 de mayo de 1971, se puso la piedra fundamental y el edificio se inauguró el 18 de noviembre de 1973

La llama de la friulinidad continúa prendida

Aún cuando el tiempo ha pasado y la institución esté cumpliendo su 98° aniversario, la Sociedad Friulana no pierde el vínculo con la friulinidad y la honra en cada una de sus propuestas. “Además de clases de italiano con distintos niveles, tenemos diversas actividades que mantienen vivas las tradiciones friulanas. Podemos nombrar, por ejemplo, el taller cultural de Galliano Remo De Agostini. El maestro nos deleita con sus cuentos en friulano y se aprenden tradiciones de otros tiempos”.  Para aquellos que no conocen la asociación, el edificio cuenta – entre varios espacios – con un parque, un gimnasio, diversos salones, una biblioteca y el fogolar. Este último se trata de una sala cuyo protagonista es un hogar con fuego, símbolo de unión familiar y comunitaria.

Sociedad Friulana -
La actual Comisión Directiva de la Sociedad Friulana reunida en el Fogolar.

Asimismo, especial atención por parte de los visitantes se lleva el mural que se encuentra en el salón principal, donde podemos ver el águila friulana junto al sol argentino. “Además de las reuniones en el fogolar, no faltan las ocasiones en donde celebramos distintos eventos culturales acompañados de la gastronomía típica de la región: polenta, chucrut, codeguin (embutido cuyos ingredientes son cuero y paleta de cerdo, vino blanco, ajo, sal, pimienta negra molida), un buen vaso de vino o copita de grappa, más una porción de tiramisù. También se destacan las actividades que se desarrollan en conjunto con el Ente Friuli Nel Mondo: encuentros teatrales, muestras de arte, catas de vino o visitas de ballets con los bailes típicos del Friuli”.

La importancia de recordar los orígenes

Ya casi llegando al final de la entrevista, Juan Pablo reflexiona sobre el momento que atraviesa, en la actualidad, el bel paese. “Italia es una única nación, patria y cuna de grandezas, tanto culturales, naturales, deportivas, tecnológicas como artísticas. No somos conscientes de la riqueza y diversidad de los distintos pueblos que habitan la península. Debe ser uno de los pocos lugares en el mundo en donde conviven tantas idiosincrasias distintas, pero al mismo tiempo tan iguales en pasión. Hoy por hoy, con tanta discriminación entre norte y sur, no nos damos cuenta de que se está hundiendo el país, los jóvenes escapan, no ven un futuro claro y se olvidan de dónde vienen”. 

¿Qué mensaje darías a los jóvenes de la colectividad? 

Haciendo referencias a las nuevas generaciones, el Presidente de la Sociedad Friulana se dirige directamente a la juventud de la colectividad. “Como descendientes, es nuestro deber marcar el camino para que vean que la diversidad nos nutre y nos hace más fuertes. El querer entender al otro nos humaniza y nos permite tener sociedades más justas. Debemos tirar todos para el mismo lado y devolver al país lo que, alguna vez, nos supo dar: un sentimiento de orgullo por la italianidad”.

Afortunadamente, la historia que comenzó allá por 1927 continúa en la actualidad. A la forma de un círculo virtuoso, Villa Devoto y la Sociedad Friulana se nutren y enriquecen mutuamente. Todo aquel que llega a la institución quiere sentirla como su segunda casa, como alguna vez lo sintieron los primeros migrantes. La vida de la Sociedad Friulana no es muy diferente al recorrido hecho por otras instituciones italianas en Argentina. Hay algo que la vuelve única, pero al mismo tiempo, que nos hermana como ítalo-descendientes. En las palabras de Juan Pablo encontramos reminiscencias de nuestras propias vivencias, la memoria familiar, institucional  y colectiva. Casi como si -al escuchar la historia de la Friulana- recordáramos algo de nuestra vida pasada, una vida dentro de otra.

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