Dialogamos con Bettina Favero, profesora y Licenciada en Historia y autora de “La pequeña Italia”, quien nos contó cómo surgió la idea de escribir este libro, de dónde provienen sus raíces italianas y cómo ve hoy a la colectividad en la ciudad de Mar del Plata, de donde es oriunda.
Una familia italiana y la búsqueda constante de historias
Bettina Favero ama la historia. Tanto es así que es profesora y tiene una licenciatura en la materia. Se egresó de la Universidad Nacional de Mar del Plata en el año 1998 y además obtuvo un doctorado de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
Su pasión por la historia la ha llevado a convertirse en Investigadora del CONICET. Por otro lado, ejerce como profesora del Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades (Universidad Nacional de Mar del Plata).
Y si de historias hablamos, Bettina tiene varias para contar. Especialmente en lo que respecta a sus raíces italianas. Su abuelo materno, Domenico Masellis, era de Bitonto (Bari – Puglia) y sus bisabuelos paternos, Giuseppe Favero y Stella Parin, eran de Vedelago y Albaredo respectivamente (Treviso – Veneto). Con ese bagaje cultural en sus espaldas (y en la sangre), Bettina conjugó sus dos pasiones en un libro que se llama “La Pequeña Italia” y en el que relata la historia del barrio del puerto de Mar del Plata, cómo fueron sus inicios y cómo se desarrollo la comunidad italiana en esa zona de la ciudad.
¿Cómo surgió la idea del libro “La Pequeña Italia”?
“La idea surge por la convocatoria de Elisa Pastoriza, directora de la colección ‘Entre el Mar y la Pampa’ de la que forma parte el libro. Con Elisa trabajo desde hace muchos años y ella conoce de cerca mi investigación por eso le pareció interesante que profundice sobre el tema de los italianos en el Puerto. Así fue que nació esta idea que se convirtió en libro”.
¿Cómo fue el proceso de escritura del libro y qué datos o historias te llamaron más la atención a la hora de escribirlo?
“El proceso de escritura fue bastante largo, casi un año, ya que si bien yo tenía planificado el esqueleto del libro, fui sumando información o reescribiendo partes que ya había trabajado sobre el tema. Los datos que siempre me llamaron la atención son los que se refieren al asentamiento de familias italianas del sur de Italia en el barrio. Un alto porcentaje de esta inmigración del Mezzogiorno se concentra allí. Esto se vincula con muchas historias que pude ir rescatando a través de entrevistas orales que realicé durante muchos años. En estos relatos pude ir reconstruyendo las experiencias migratorias de estas personas, es decir, el viaje desde Italia, la llegada a Mar del Plata, las primeras sensaciones de esta ciudad y del barrio del Puerto, el primer trabajo o la inserción en la escuela, la construcción de la casa propia, la vinculación con paisanos asentados con anterioridad o llegados en la misma época, la vida asociativa, entre otras cosas”.
Sabemos que el puerto de Mar del Plata fue epicentro de la inmigración italiana en la ciudad pero, ¿en qué otras partes o aspectos de la ciudad ves la influencia italiana?
“Creo que la influencia italiana en la ciudad está por todas partes, en la arquitectura, en la política, en la economía, en la música, en la pintura. Por ejemplo, muchos constructores hicieron grandes obras como también marcaron un estilo de vivienda. Asimismo, los picapedreros, ebanistas, carpinteros sumaron todo su arte en la construcción de casas como de edificios”.
“En cuanto a la política, hubo muchos intendentes que eran descendientes de inmigrantes italianos y que marcaron una época, por ejemplo Teodoro Bronzini. Respecto al ámbito económico, distintas actividades propias de la ciudad eran llevadas adelante por inmigrantes italianos a nivel gastronómico, hotelero, comercial o industrial. En cuanto a la música, uno de los más grandes compositores de tango nació acá, nada más y nada menos que Astor Piazzolla (hijo de inmigrantes italianos). Pero también hubo otros músicos que trasladaron la riqueza musical italiana a la ciudad en bandas, orquestas, entre otras. Por último la pintura. Hubo grandes artistas que eran italianos o hijos de italianos que se asentaron en la ciudad y dejaron huella. Cleto Ciocchini o Italo Grassi entre otros”.
¿Qué es lo que más te “emociona” y da orgullo de ser parte de la comunidad italiana?
“Amo la cultura italiana, en el sentido amplio de lo que implica el término. Por eso me da mucha emoción poder conocer y estudiar las historias de vida de los y las inmigrantes que llegaron a la ciudad de Mar del Plata. Cuando era joven participé mucho de la comunidad italiana. Palpé de cerca el significado de formar parte de ella y de trabajar para difundir las raíces italianas en la sociedad marplatense. Ahora desde mi formación profesional puedo aportar un granito de arena al conocimiento de la comunidad italiana en la ciudad”.
¿Cómo ves hoy a la comunidad italiana en Mar del Plata?
“A la comunidad italiana de hoy la veo un poco aletargada. En primer lugar, los protagonistas de esta comunidad, los últimos inmigrantes tienen más de 70 años y eso hace que sea necesaria una renovación generacional. A eso le sumo que los jóvenes, lamentablemente, no se acercan a las asociaciones ni participan en sus actividades. Creo que hay que pensar en un cambio de paradigma dentro del asociacionismo étnico entrado el siglo XXI”.
Foto de portada: CONICET – Mar del Plata.